domingo, 21 de agosto de 2011

10.000 A.C. CRITICA y REVIEW


Fui a ver esta película mas que nada porque me compró el afiche. No había visto un trailer, ni una reseña escrita, ni nada que me anticipara mas o menos como venía la mano, pero sin embargo, ingenuamente, pensé que una historia épica semi prehistórica que incluía mamuts y tigres dientes de sable, no podía ser tan mala como para que me decepcionara al punto de lamentar el haber pagado la entrada.
Bueno, me equivoqué.
Este cachivache es casi incalificable por varios motivos.
Por empezar, me resulta bastante difícil encuadrarla en un género determinado. Es como una ensalada de todo un poco, pero con productos de segunda calidad y sin condimentos.
O sea, pretende tener de todo, pero se queda solo con la pretensión. Pura pinta, como se dice en el barrio.
La historia, con un rigor científico bastante dudoso (por no decir directamente payasezco), se remonta a una era antigua ubicada supuestamente, como reza su título, hace 10.000 años A.C. (Antes de Comer).
Allí se desarrolla la vida de un joven cazador de mamutes (Para los que no lo sepan los ilumino: los mamuts eran como los elefantes de ahora pero bastante mas grandotes y como con pullover) llamado D’Leh, nativo de la tribu Yagahl; unos indios muy fashion que se peinaban con rastas, usaban barba candado y hablaban en perfecto inglés pero como con acento raro. O_o??
La vida de esta gente transcurría así tranqui, en consonancia con la naturaleza y esperando que pasaran cada tanto los mamutses para liquidar alguno y sacar unos cuantos churrascos, cuando un día aparece en la aldea una pibita de otra tribu que tenía ojos azules (la pibita sola, no la tribu)
"¡¡Son lentes de contacto!!"gritó enseguida una negra Yagahl envidiosa.
"Cállese la boca" – le recriminó la Vieja Madre, que era una autoridad de la aldea por vieja, por bruja, y por fulera – "A ver. Traiganmenlán".
La vieja se acerca a la mocosa para estudiarla y de repente entra como en trance, le dan unas convulsiones, eructa, se tira unos gases, pega unos gritos, da una vuelta carnero para atrás, y finalmente vaticina que la piba era portadora de buenas noticias y que aquel que heredara la "Lanza Blanca" (que viene a ser como la espada de Grayskull pero sin poderes) sería el que se la iba a empomar para siempre y, juntos, conducirían a la tribu Yagahl a una nueva vida.
Al escuchar eso, D’Leh, que estaba espiando por un agujero mientras se tocaba mirando a la mina, se da cuenta de que si se la quiere pistolear cuando crezcan, va a tener que laburar; pero como todo buen jugador ya le empieza a arrastrar el ala de chico nomás para ir ganando terreno, haciéndose el amigo (Técnica de levante tan antigua como el hombre mismo. Único dato con rigor histórico de la película).Tiempo después la bruja vieja entra en trance de nuevo (se daba seguido la señora), se agita, pone cara de espanto, da un saltito, hace una media luna, veinte abdominales, quince flexiones de brazos, grita "Viva Perón" y se detiene con cara de falopa para tirar otra predicción: Palermo llega a los 200 goles en Boca y, con la última cacería, la aldea iba a ser arrasada por unos demonios de cuatro patas.
"A la faluta" - dice el padre de D’Leh que era el cazador mas capo de ahí y estaba escuchando a ver si la vieja tiraba los seis números del Loto para ir a jugarle – "Entonces mejor que vayamos buscando otro barrio mas seguro". Y esa misma noche le deja la Lanza Blanca a su amigo y confidente Tic’Tic (juro que el nombre no lo inventé yo. Es así…) y se las toma sin decirle nada a nadie.
Pasaron los años y D’Leh creció con la marca de ser el hijo de un supuesto cobarde que abandonó la tribu, Evolet creció y se puso parecida a Lindsey Lohan (por lo cual estaba para darle sin asco) y ambos se habían forjado una gran amistad, volviéndose casi inseparables.
Sin embargo D’Leh sabía que, según la tradición, para poder mojar el bizcocho y reclamarla como su esposa, primero tenía que ganarse la famosa Lanza Blanca cazando un mamut.
Cuando por fin llega el momento de la cacería, luego de una serie de sucesos afortunados, un gigantesco mamut literalmente se suicida arrojándose sobre la lanza del paspado de D´Leh.
Casi sin poder creer el culo que había tenido, pero alentado por los otros jóvenes cazadores chupamedias, el flaco reclama la bendita Lanza Blanca y, con ella, el derecho a sopletearle la papirola a la minita, quedando desde ese momento consagrado como el nuevo gran cazador de la tribu. 
De todas maneras, porque el padre lo había criado bien pero, mas que nada, porque Tic’Tic había visto como había pasado todo en realidad y lo hacía sentir culpable con la mirada (y de vez en cuando diciendo"Corruuuuptooooo" con voz finita y mirando para otro lado), al poco tiempo D’Leh renuncia a la lanza y con ella al derecho al tiroteo con Evolet (con lo cual se consagra como el primer pelotudo honesto de la historia de la humanidad).
La piba obviamente se encula y lo manda a freír churros ya que como toda mujer no tolera, y siempre tiene que recriminar al hombre, su falta de ambición y esas cosas.
Así andaban medio peleados cuando, una noche, tal y como lo había predicho antes la vieja bruja, llegaron unos … no sé … árabes, turcos, egipcios, hindúes, no se bien que eran, pero andaban a caballo (y ahí todos dijeron "Aaaahhhhhh por eso eran demonios de cuatro patas") y eran mas malos que la mierda. Les rompieron todo y tomaron a casi toda la tribu como prisioneros.
El jefe de estos bandidos, uno con cara de turco vendedor de autos usados, ni bien la vió a Evolet dijo "Upa la lá. Papita pa’l loro" y ordenó que nadie la toque porque a ese carozo se lo quería comer él solito.
D’Leh, sin poder hacer nada en el momento, decide luego, con ayuda de Tic’Tic (jejeje Tic’Tic… no podés) y un par de giles mas, ir a rescatarlos a todos impulsado, mas que nada, por el miedo a que le empernen a la minita que se había venido trabajando desde que era chico.
Así, este pequeño grupo de valientes emprende un duro y largo viaje que los lleva a través de arduos caminos, pasando por todos los climas (en un momento están con nieve hasta el cogote todos cubiertos de pieles y al siguiente en una selva tropical en taparabos), enfrentándose a enormes criaturas salvajes (hay un tigre dientes de sable al que D’Leh ayuda con una frase tipo "Yo te ayudo pero no me comas" y el tigre le hace caso, y como unos avestruces gigantes carnívoros y bastante hinchapelotas) y demás boludeces de relleno que sirvieron para amortizar los gastos en efectos especiales y tratar de inculcarle algo de emoción al momento.
A partir de allí el viaje, el reclutamiento de piqueteros por el camino, el rescate, el mensaje para la juventud, la moraleja y la mar en coche. 
En resumen, el argumento no aporta nada nuevo, así que no rezonguen si conté mucho. Probablemente haya sido mas entretenido esto que la película misma.
El guión es demasiado liviano, chato, carente de cualquier tipo de profundidad, lleno de lugares comunes y vacío de todo lo demás.
Por momentos la película se vuelve algo densa, tirando a aburrida.
Las escenas de acción a duras penas llegan a interesar algo, y no alcanzan para entusiasmar por completo.
Solo podría rescatarse como punto a favor la creación de algunos escenarios, y el diseño, por ejemplo, de las tomas aéreas de la construcción de las pirámides, pero no mucho mas que eso. De todas formas, tampoco en este sentido aporta alguna novedad descollante.
Finalmente y para redondear, mas allá de todo eso, creo que fundamentalmente hubo dos cosas que faltaron y que podrían haber levantado un poco el producto final: la primera es la sangre. A la película le faltó violencia y sangre. Y la segunda es un poco mas de realismo, aunque sea inventando un dialecto para que los supuestos "nativos prehistóricos" no hablaran inglés (Teniendo en cuenta esto, se aprecia y valora mucho mas el trabajo de directores como Mel Gibson).
Las actuaciones, en concordancia con todo lo demás, completamente olvidables. Los actores, que además no son figuras muy reconocidas, no consiguieron nunca transmitir el sentimiento necesario como para hacer mas o menos creíbles a unos personajes fríos, poco desarrollados y carentes del mas mínimo carisma.
El reparto lo componen Steven Strait como D’Leh, Camilla Belle como Evolet, Cliff Curtis como Tic’Tic (jejejejeje)Joel Virgel como Nakudu, Ben Badra como Warlord, Nathanael Baring como Baku yMona Hammond como la Vieja Madre (bruja, adivina y tarotista. $20 la consulta).
La película fue dirigida por Roland Emmerich, reconocido por sus anteriores trabajos en "Día de la Independencia" y "El día después de mañana", y quien aparentemente ya está absolutamente convencido de que con llenar la pantalla de grandes efectos visuales alcanza y no importan tanto los detalles boludos como las actuaciones y el guión.

Calificación: 1 Renegado y medio (Regular tirando a mala. Mucha plata en producción y mucha pretensión para un pobre resultado. Un argumento ya demasiado remanido, encima desarrollado con ritmo lento y empobrecido con actuaciones poco convincentes, hacen de esta película una verdadera decepción). 

Recomendaciones: Si Ud. disfruta de las películas así medio épicas con un héroe bien pulenta que se banca todo de manera convincente, vaya, pero probablemente salga amargado.
Si Ud. es de los que salió inspirado del cine luego de escuchar los discursos de arenga de Leónidas, Aragorn o William Wallace en sus respectivas películas, vaya, y diviértase con el patético intento de hacer algo así que se manda el muerto de frío de esta película.
Si Ud. es historiador o arqueólogo o algo así, no vaya, porque creo que se la va a pasar diciendo "No, esto está mal" y "Pero esto es un disparate. No es así" y lo van a terminar sacando de la sala por molesto, aunque tenga razón.
Si Ud. es Roland Emmerich sepa que se está pasando de ladrón y que me debe el valor de dos entradas al cine.

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Y aquí nos despedimos.

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